En el texto “Lenguaje, derecho y realidad”, José María Abascal plantea la importancia del lenguaje en el mundo cultural y social del hombre, ahondando en la relación primordial que juega este dentro de las relaciones jurídicas, donde constituye uno de los medios de expresión más importantes y expeditos, por su capacidad genérica y representativa de las formas jurídicas. Así pues, el autor parte de identificar algunos problemas que surgen en el uso cotidiano del lenguaje en el derecho, haciendo una crítica a las formas técnicas y superficiales de reproducción procesal del Derecho. (Véase Abascal; f.f)
En su escrito, Abascal hace mención, en un primer momento, a la importancia de un código común entre los interlocutores para asignarle a los términos un determinado contexto, ya que los diversos significados que admiten los términos del lenguaje conllevan a confusiones y desentendimientos, y por otro lado , incursiona en su explicación el problema que representa la capacidad de denominación que detenta el lenguaje técnico-jurídico, ya que muchos conceptos teóricos y trascritos por el legislador parecen no dar cuenta de los hechos reales que se deben verificar, esto se evidencia en los contratos innominados, los cuales al no estar regulados por la ley son producto de confusiones y malinterpretaciones infundidas.
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